Solo le tomó a Robinson una semana de planificación para asesinar a Charlie Kirk. La violencia es en realidad muy fácil. La disuasión es clave. Logramos esto tanto a través del castigo de los asesinos como de la desaprobación social de la violencia. Cada voz que celebra o se encoge de hombros ante este asesinato es cómplice de romper el poder de la desaprobación social y facilitar que la violencia ocurra.