A medida que Trump y Putin se preparan para reunirse en Alaska, y mientras ya se están tejiendo nuevas mentiras para descarrilar esa reunión, vale la pena recordar la última vez que se encontraron en un entorno puramente uno a uno. Fue en la cumbre de Helsinki en 2018, cuando un supuesto periodista exigió que Trump denunciara públicamente la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016. Esa historia, como acaba de revelar Tulsi Gabbard, fue fabricada por operativos de Obama, y hasta el FBI y la NSA admitieron que no tenían evidencia. Mirando hacia atrás siete años después, es sorprendente cómo Trump tenía 100% razón y toda la clase político-mediática estaba 100% equivocada. Fue difamado como un traidor por atreverse a cuestionar a las agencias de inteligencia, pero tenía toda la razón para hacerlo. En realidad, era al revés. Ellos eran los traidores, llevando a cabo un intento de golpe de años en su contra. Tenlo en cuenta, porque intentarán sabotearlo de nuevo esta semana.
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