Mucha gente se ha desensibilizado ante el comportamiento de Trump, pero es realmente vil que escuche a Laura Loomer. Ella es alguien con un carácter legítimamente desagradable, y es una mancha en nuestro país que ella asesore públicamente a la persona que lo lidera.

No se trata de oponerse a personas con puntos de vista diferentes o currículums poco ortodoxos. Se trata de oponerse a alguien cuyo chiste completo es ser una mentirosa desquiciada que pasa su tiempo difamando a la gente y siendo un troll. Es extremadamente vergonzoso que el presidente la tome en serio.