Es bastante irónico que en el transcurso de 3 años hayamos pasado de que EE. UU. prohibiera las exportaciones de chips a China para frenar su desarrollo tecnológico, a que ahora China le diga a sus empresas que eviten esos mismos chips estadounidenses en favor de alternativas nacionales, que ahora existen gracias a esos controles de exportación de EE. UU.