Los mensajes que estoy recibiendo de amigos y familiares muy moderados, casi apolíticos, me dicen que la combinación del asesinato en el autobús de Charlotte y el asesinato de Charlie nos ha empujado a través de una barrera de algún tipo. Estoy hablando de tías peluqueras que nunca me han dicho una palabra política y que no dudarían si Trump cerrara MSNBC y enviara a los multimillonarios de izquierda a Guantánamo. La gente ha tenido suficiente, y esta es la última oportunidad del régimen para mantener la respuesta oficial.