Las ventas minoristas fueron fuertes en agosto, superando las previsiones. Los consumidores estadounidenses (especialmente aquellos en la cima) siguen gastando, incluso en muchas cosas discrecionales (comer fuera, artículos deportivos, librerías, electrónica, etc.) Esto es una buena señal, pero la situación podría cambiar rápidamente si aumentan los despidos.