Es valioso tener autoconocimiento, establecer límites y círculos de capacidad, y aumentar la probabilidad de éxito. Hablando con amigos, me siento nostálgico, el tiempo vuela, en la segunda mitad de la vida, lo que más se necesita es transmitir conceptos y mapas de pensamiento a la próxima generación; de lo contrario, no importa cuántos ceros se añadan a la fortuna. Hablando de algunos ejemplos, uno de ellos es un multimillonario con un hijo tonto, sin experiencia empresarial ni de inversión, que perdió entre 60 y 70 mil millones de su herencia, y al final, su anciano padre tuvo que hacerse cargo de la situación. A los cuarenta o cincuenta años, no ha mostrado ningún filialismo para ayudar a su padre, sino que, por el contrario, quiere hipotecar todo lo de su padre para mantenerse al margen. También hay quienes crecieron en el extranjero, con educación internacional, y con diferentes mujeres, teniendo seis hijos, siendo un hijo de ricos libre y desenfrenado. Hay un niño de ocho años con cientos de millones de patrimonio que aún no sabe limpiarse. El resultado final, con alta probabilidad, será la ruina de la familia, incapaz de proteger a sus seres queridos. También me sorprende un amigo que comenzó desde cero y tiene más de mil millones de dólares, que a sus más de cincuenta años aún no tiene hijos. Le gustan mucho los niños, y su segunda esposa es una fuerte estadounidense de origen asiático que profesa ideas de libertad; se conocieron durante unos pocos meses y se casaron rápidamente, un acto completamente irracional. El resultado, ahora... Es valioso tener autoconocimiento, conocer el destino (a los cuarenta no hay confusión, a los cincuenta se conoce el destino). Quizás pronto todos se darán cuenta de que el dinero no se lleva, la salud es lo primero, y solo al transmitir conceptos y organizar adecuadamente los bienes para proteger a los seres queridos, se encuentra el verdadero camino. Los bienes incluyen propiedades, seguros, oro, Bitcoin y acciones de Tesla, brindando la mayor protección a la familia. La bondad y la integridad, junto con una mente brillante como la de Munger y Buffett, son también la mejor herencia.