El monopolio de la izquierda en los canales de comunicación promovió una narrativa racial falsa sin base en la realidad que llevó a un juicio político donde un hombre fue condenado erróneamente por asesinar racísticamente a otro hombre, y incluso ahora, si cuestionas esta versión de los hechos, también eres un monstruo racista porque está tan arraigado en la conciencia pública.