La curva de rendimiento sería cero en una economía perfecta, no habría diferencia en los rendimientos entre los plazos y no habría prima por plazo. Cuando las tasas cortas están por debajo de las tasas largas, es una señal de condiciones más fáciles frente a las expectativas a largo plazo. Ahí es donde estamos ahora. Excepto que no hay recesión.