Siempre me ha gustado el Panhandle de San Francisco y ayer me di cuenta de por qué. A pesar de ser un parque tan modesto (ubicado entre dos vías de varios carriles), los árboles son enormes. La mayoría de los árboles en California son de segundo y tercer crecimiento, que datan del siglo 20; las secuelas de la tala voraz. Pero los eucaliptos y cipreses en el Panhandle tienen hasta 150 años y, en consecuencia, son enormes. Hay una sensación de majestuosidad caminando entre sus baúles.