Nunca olvidaré el rostro radiante de Charlie, saludándonos alegremente detrás del escenario en los mítines, celebrando este movimiento y este país. Solo verlo trajo tanta fe y felicidad a todos los que lo rodeaban. Charlie personificó a Estados Unidos. Algunos de mis mejores recuerdos de después de las elecciones fueron trabajar con Charlie en la planificación de la oficina de transición para la nueva Administración Trump. Estaba lleno de una alegría y un optimismo infinitos, y una convicción inquebrantable y férrea. Era la combinación más rara de talento, carácter, carisma y determinación moral inquebrantable. Soy muy afortunado de haber conocido y trabajado junto a Charlie, y de haberlo considerado un amigo preciado y querido. El tiempo que me regalaron con él en este mundo es una bendición por la que estaré eternamente agradecido. Nuestros corazones duelen con el más profundo dolor por Erika y su precioso niño y niña. Lo que han perdido, lo que han sufrido, es un dolor inconmensurable. Mientras vivamos, por todos los días que tengamos, honraremos a Charlie y elevaremos a su familia. Y convertiremos nuestra angustia en un trueno justo de acción. Mientras Charlie esté ahora en el Reino de Dios, completaremos la noble misión de su vida en esta tierra.