MALDAD: Uno no puede evitar observar, sentado en la primera fila del memorial de Charlie, a un hombre cuya presencia encarna algo más oscuro que la mera rivalidad política. Es, sostengo, la figura más peligrosa dentro de la administración, un operador cuyas maquinaciones ponen en peligro al propio presidente, y cuya influencia perversa e impía ha desalojado metódicamente a algunos de los defensores más feroces e indispensables de Trump de su círculo íntimo. He desactivado los comentarios y les pido que oren para que el presidente tome la decisión correcta y destierre el mal que sabe que ocupa la casa del pueblo.