Hoy, durante el club de lectura, @OdysseysEth me recordó que si una elección que parece ser una decisión libre que tomas está secuestrada por el deseo, en realidad no eres libre. Esta distinción de perspectiva me parece bastante interesante. Pensando un poco más, hay dos direcciones más detalladas en esto. Una es la excesiva concesión al deseo, y la otra es la excesiva represión del deseo. La primera situación es un poco como invertir de manera descontrolada bajo la emoción de FOMO en un mercado alcista y la envidia hacia el viejo Wang que se ha hecho rico, lo que es una concesión excesiva al deseo. La segunda situación es un poco como asistir a una cena que no te gusta porque no te atreves a rechazar la invitación de alguien, bebiendo un vino que tampoco te gusta. La autodisciplina te hace libre vs la voluntad me hace libre.