La IA está avanzando poco a poco más allá de la coincidencia de patrones hacia el razonamiento estructurado. Ese cambio hace que la descentralización sea más práctica que filosófica. La idea subyacente es que los sistemas de IA mejoran cuando varios participantes pueden proporcionar retroalimentación, validar resultados y ser recompensados de forma transparente. El cálculo descentralizado, la verificación criptográfica y las recompensas tokenizadas pueden coordinar a los contribuyentes globales sin un único intermediario de confianza. Limitaciones prácticas: El ancho de banda, la seguridad y el diseño de incentivos siguen siendo limitaciones reales. Aun así, cuando los sistemas de IA dependen de una amplia participación y un trabajo verificable, las arquitecturas descentralizadas empiezan a parecer menos un experimento y más una elección de diseño sensata.